lunes, 2 de junio de 2008

Inti Raymi, Fiesta del Sol, Fiesta del Fuego

A veces creo que se me va a ir de las manos. A veces creo que lo voy a matar. La furia del asesinato, la siento. Y me contengo porque finalmente, no soy tan mala.
Pero me aterra la sensación de que un día se me escape de las manos.
Nunca he sentido tanta furia.

Raymi es ajeno a todo. Confunde la alegría con la furia. No distingue los opuestos. Todo es lo mismo para él. No percibe que me desborda, que su suciedad, desorden y desobediencia no me hacen feliz.

Yo podría estar a punto de... eliminarlo... y él mueve su cola. A menos que ese gesto signifique rabia, rencor o llanto. Pero no lo creo. Creo que está contento cuando le grito. Creo que no comprende que lo odio en ese instante.

Sacas lo peor de mi, perro. Incitas mi mierda. Me desepera tu inconciencia. Tu alucinada idea de que solo tú existes. Me hierve tu estrellato.

Y me arrepiento casi inmediatamente. Me siento culpable por haber querido desaparecerte. Inmediatamente te abrazo y te digo que te quiero.
Pero sé que en cualquier momento volveré a odiarte.
Y ya menos mala, solo te pateo fuera del cuarto.

Luego te veo bella, mi reposada y sabia Motor. Gatita. Te acaricio.
Tú, en cambio, haces que todo sea luz. Eres una escultura.

Hay seres que en combinación con uno, te encienden. Unos con luz y otros con fuego.

sábado, 31 de mayo de 2008

¿Quién es Raymi?

Raymi es mi perro. Tres meses. Hace seis meses que tiene tres meses. Algún complejo compartido de no querer crecer. Raymi es un caos, pero le puse fiesta, como si fueran sinónimos.
Raymi aún no expresa un lado oscuro definido, solo un leve grrr que ni de lejos se parece a los míos. Raymi tendrá un lado oscuro, con seguridad, dentro de tres y tres y tres meses más. Cuando se incorpore al mundo. Así que seremos testigos del nacimiento de un lado oscuro animal, inocente, con formas, dientes, brutalidad de dínamo y un leve puntito de color que al final nos rescate.

Mientras, solo es el nombre de mi blog.